La guerra llega al ciclismo

La Federación de Ciclismo de Países Bajos acaba de anunciar que vetará en sus competiciones no solo a las selecciones bielorrusa y rusa, sino que también a las ciclistas de estas nacionalidades. Por tanto, les impedirá participar en pruebas bajo su amparo. Al mismo tiempo tratarán de llevar esta resolución a instancias superiores como la UCI o la UEC.

 

Comunicado de la Federación Neerlandesa

Pruebas de máximo nivel:

Los efectos podrían empezar a notarse en el Bloeizone Fryslân Tour, aunque en la lista de inscritas facilitada por la organización ya no figura ninguna corredora de estas nacionalidades. No sabemos si por estar en pre aviso por parte de la federación o porque no se dio la casuística.

Ronde van Drenthe, Amstel Gold Race junto con el Simac Ladies Tour son las citas que tiene Países Bajos en la máxima categoría, aunque no podemos descartar que esta medida se extienda a más naciones o a federaciones ya mencionadas como la UCI o la UEC.

Corredoras y equipos afectados:

Alena Amialiusik de Canyon Sram Racing podría ser una de las ciclistas más salientables afectadas por esta decisión, pero la lista es muy larga. El equipo World Tour del Roland Colgeas Eldeweiss tiene 3 corredoras rusas, Diana Klimova y las olímpicas Tamara Dronova y Gulnaz Khatunsheva, lo que supone la cuarta parte de su escuadra.

 

Amialiusik con el maillot de campeona nacional bielorrusa en 2016

Queda tocado también por la decisión el UAE Team ADQ en cuya plantilla figuran la campeona del Mundo y de Europa CRI júnior en Flandes 2021, Alena Ivanchenko y la bronce olímpico en Tokio 2020, María Novolodskaya.

En categoría continental cuenta con corredoras rusas en su filas la formación italiana del Born to Win G20 Ambedo, mientras el Stade Rochelais Charente Maritime francés tiene a la corredora bielorrusa Anastasiya Kolesava.

El caso del Eneicat:

En España, en el Eneicat RBH Global militan tres rusas: Anna Badiak, Daria Fomina y una Anastasia Lebedeva que da el salto al ciclismo después de ser novena en Tokio en remo en la modalidad de doble scull. Las tres comparten plantilla con la joven ucraniana Marinka Varenik. Situación idéntica a la que ocurre en el Servetto Makhymo Beltrami TSA.

La peor parte se la lleva el Minsk Cycling Club que al tener licencia bielorrusa queda automáticamente excluido de las carreras.

El impacto:

Podemos llegar a entender que se niegue la participación en las carreras a las selecciones nacionales, o algunos sponsors que tienen claras vinculaciones con el estado ruso como es el caso del equipo Gazprom en categoría masculina.

Pero resulta muy difícil entender qué puede aportar al escenario geopolítico que una deportista de 18 años no pueda ponerse un dorsal en una carrera, por el mero hecho de tener un pasaporte ruso, lo cual evidentemente no implica compartir las ideas de su gobierno.

Además de que pocas cosas podrían representar de manera más clara el rechazo a la guerra que ver a una ciclista rusa y una ucraniana pedaleando hombro con hombro.

Precedentes:

Sin querer mostrar ningún tipo de simpatía hacia la agresión de Rusia, lo cierto es que se trata de una decisión prácticamente sin precedentes y que atenta frontalmente contra la idea de que el deporte es un espacio donde se aparcan todas las diferencias políticas, religiosas o étnicas.

En protesta con el apartheid sudafricano, las selecciones de este país fueron excluidas de casi todos los eventos deportivos durante décadas e igualmente existía una lista de atletas de otros países que habían participado en pruebas en Sudáfrica. Recordemos que esto no fue motivado por una escalada bélica sino por el racismo institucional de la ex colonia británica.

Yugoslavia, o lo que quedaba de ella, fue excluida de los JJOO de Barcelona en los que sí pudieron participar las otras naciones involucradas en el conflicto de los Balcanes. 

Los casos más sonados son el plantón de EEUU a la URSS en los juegos de Moscú y el posterior boicot del bloque del Este a Los Angeles 84. Pero en ambos casos no se vetaba a los deportistas, sino que se declinaba participar en un evento del rival político.

¿Qué ocurre con otras naciones?

Por otra parte se produce un agravio comparativo Israel, Marruecos, USA o Arabia Saudí, por poner sólo algunos ejemplos, no han sido nunca sancionados a nivel deportivo por sus actos de guerra. Al mismo tiempo el ciclismo ha recibido con los brazos abiertos a países como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein o el propio Israel sin mostrar demasiado escrúpulos por las violaciones de derechos humanos de los mismos.

 

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