Elisa Balsamo, arcoíris italiano 10 años después

Jornada memorable de ciclismo. Los mundiales siempre tienen un componente emocional a mayores. La sensación de que se está haciendo historia, que el detalle más pequeño puede marcar para siempre el currículum vitae de las contendientes.

Unos pocos centímetros han separado a Marianne Vos del que sería su cuarto entorchado mundial y le han dado su séptima plata mundialista. Esa misma rueda de distancia ha hecho que Elisa Balsamo vuelva a colocar a Italia en lo más alto del pódium, justo diez años después de que lo consiguiera Giorgia Bronzini.

Países Bajos ha vuelto a padecer de mal de altura. Italia disputó la carrera de manera inteligente y llegado el momento sacrificó peones y reinas como Longo Borghini para llevar a su mujer más rápida al objetivo. Las neerlandesas fueron erráticas, mostraron su superioridad, pero lo hicieron de manera caótica. Todas las orange eran potenciales ganadoras y corrieron como tal. En los últimos metros Marianne Vos se encontró sola contra un treno organizado de azzurras.

Kasia Niewiadoma, como siempre, se mereció más que un bronce. Ha dado la cara y trató de reventar la carrera insistentemente. La polaca ha demostrado una mejora a la hora de afrontar los últimos metros que parece que tiene más que ver con su cabeza que con sus piernas y no dejó que se le escapara el tercer puesto ante la insistencia de Arlenis Sierra y Blanka Vas. Tanto la cubana como la húngara llegaron al último kilómetro siendo candidatas a todo a pesar de afrontar todo el campeonato en solitario.

Protagonismo de Mavi:

La participación de Mavi García ha sido seguramente la única alegría que la selección vaya a brindarle a la afición en este mundial. La de Marrachí protagonizó la carrera entre los 20 y los 10 últimos quilómetros manteniendo, en solitario, un pulso con el grupo del que tiraban desordenadamente Annemiek van Vleuten y Ellen van Dijk. Al final, vigésimo novena pero con la satisfacción del trabajo bien hecho y la admiración de la parroquia.

Las despedidas:

Van der Breggen cruza la meta por última vez acompañada por Reusser

La única persona a la que las cámaras buscaban tanto como a la nueva campeona es a Anna van der Breggen. No hay palabras ni artículos suficientes para explicar su importancia. Seguramente solo el paso del tiempo nos hará darnos cuenta de lo afortunados que hemos sido por verla correr. A pesar de que se va con una sonrisa en la cara y de que continuará ligada al deporte, nos deja huérfanos y presagia el final de una era en el ciclismo femenino. Eclipsadas por la partida de Van der Breggen también decían hoy adiós a la competición las norteamericanas Karol-Ann Canuel y Ruth Winder. A punto de despedirse está también la belga Jolien D’hoore, aunque ella tendrá en Roubaix su último día vestida de corto antes de pasar a ser directora deportiva del NXTG Racing.

Se acaba el mundial y a pesar de todas las intensas emociones que nos han brindado no puedo evitar pensar que la organización de Flandes 2021 ha dejado escapar una oportunidad de oro para hacer un mundial memorable. Descartada la posibilidad de hacer una Ronde como mundial y han acabado por ofrecernos un itinerario exento de emociones y en el que a 50 de meta el pelotón seguía compacto. 

Pensando en que el mundial no volverá por tierras belgas por una larga temporada no puedo evitar pensar en lo que podía haber sido. Para compensar esta pequeña decepción la UCI ha anunciado que Ruanda será sede de los mundiales en 2025. Puestos a darnos alegrías estaría bien que también pusieran en marcha una carrera sub 23 femenina de cara al año que viene y se dejaran de experimentar con gaseosa. 

Fotografías: @UCI_Cycling

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